Pintura mural muy sorprendente, situada en el presbiterio de la ermita, representada desde las culturas paleocristianas, como símbolo de la transmisión del Conocimiento Universal por parte de los poseedores, generalmente diosas o árboles sagrados, como es el caso de la palma que simboliza acogida, hospitalidad y fue utilizada en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.