Las grisallas de Sant Pau de Albocàsser son unas magníficas pinturas murales puestas en moda en el s. XIV por pintores franceses, de influencia manierista, con técnica monocroma, en la que el pintor combina los matices del gris y del amarillo oscuro, consiguiendo una sensación de relieve pictórico.
Situadas en el interior del ermitorio representan imágenes de la vida de San Pablo (conversión, bautismo y martirio), además de escenas de la Santa Cena, María Magdalena, el Santo Cáliz o Grial, así como varios testigos de peregrinos anónimos y de singulares, como los Duques de Saboya.
Su ubicación en este ermitorio de Sant Pau de Albocàsser las convierten en un legado cultural extraordinario.